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Abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Especialista en contratación pública. Asistente de Vocal en el Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones y abogado de la Gerencia Técnico Normativo (GTN) del CONSUCODE (ahora denominado OSCE). Abogado de la Oficina Jurídica y Jefe del Área de Procesos Públicos del Ministerio de Educación.

domingo, 17 de junio de 2012

LÍDERES Y CAUDILLOS


El día 16.06.2012, en el diario Gestión, se publicó un artículos de opinión bastante interesante respecto a la diferencia que existe entre los líderes y los caudillos. Dicho artículo señalaba, creo con acierto, que:

"Un líder es una persona a la que un grupo sigue, reconociéndolo como orientador; es una persona que se preocupa de formar uno o más sucesores. Un caudillo es una persona que manda, al que un grupo tiene que obedecer; es una persona que por su forma autoritaria de actuar no deja emerger sucesores, siendo la consecuencia previsible el declive de esa organización cuando el caudillo se aleja (...)"

"Un líder es eficiente en el corto y el largo plazo, mientras un caudillo lo es solo en el corto plazo y; especialmente, en situaciones de emergencia. Por esto, un líder, en situaciones de excepción, debe saber convertirse en caudillo cuando existen circunstancias apremiantes en que se requiere actuar rápido, con decisión y dando el ejemplo. Por tal motivo, un buen líder tiene la habilidad de convertirse en caudillo ocasionalmente, mientras que un caudillo difícilmente se convertirá en líder, porque no ve el largo plazo y no se imagina la organización del futuro sin él".

Lo que se ha señalado creo que describe lo que sucede en nuestras entidades públicas. En la mayoría de las ocasiones se tiene que los Jefes, incluso los servidores denominados "de alta dirección" se comportan como caudillos puesto que sólo saben mandar y están en la creencia de que todo el personal que tiene a su cargo está en la obligación de obedecer ciegamente.



La obediencia a la que me refiero está basada simplemente en el deseo de no tener problemas con sus nuevos jefes, adaptarse a la nueva gestión y trabajar sin anotar deficiencias, o incluso la corrupción. Es una situación que muchos aceptan y toleran; y ante la cual pocos se rebelan; con sus consecuencias por supuesto.

Nuestro caudillismo está también incentivado por la miserable práctica de imponer personal "de confianza" pero que está totalmente perdido en el ámbito; puede haber laborado antes en el sector público pero no tiene capacidades para hacer las cosas bien. Los nuevos jefes, en todas las nuevas gestiones, tienen ese defecto; es más, incluso en algunas ocasiones - por no decir muchas - tenemos que los que se colocan como Jefes resultan ser o muy malos profesionales, pero honestos en su defensa; o profesionales destacados pero sin ninguna regla moral; o los incapaces ladrones, sin ninguna vergüenza. Como quieras analizarlo, los tres supuestos de elección son decisiones ineficientes para una organización.
 
Estamos totalmente perdidos en lo que a la administración pública se refiere puesto que más nos preocupamos por dictar normas en lugar de verificar nuestras decisiones internas, analizar el personal que tenemos, entrenarlos, capacitarlos, liderarlos, exigirle resultados, pero con realismo, ya que no porque llegó quien se cree "la última chupada del mango" el Ministerio o la institución "ahora" sí va a caminar derecho. Es más, la deficiencia está incluso, y muchas veces, en el titular que ponemos al frente para "liderar" integralmente a la Entidad.

Nos sobran caudillos y nos faltan líderes que mejoren la administración del Estado Peruano.

CIM

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema es más grave que la imposición de los caudillos, el problema está en los ciudadanos que siempre esperan que les den órdenes, porque por sí mismos no se creen capaces de generar las soluciones, igualmente pasa con el personal de las entidades no existe un sentimiento de capacidad sino que mas bien, impera la necesidad de que alguien venga y les solucione los problemas.

Carlos Luis Ireijo Mitsuta dijo...

Estoy de acuerdo con la atingencia, pero es justamente lo que un líder puede cambiar.
Saludos.
CIM