Datos personales

Abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Especialista en contratación pública. Asistente de Vocal en el Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones y abogado de la Gerencia Técnico Normativo (GTN) del CONSUCODE (ahora denominado OSCE). Abogado de la Oficina Jurídica y Jefe del Área de Procesos Públicos del Ministerio de Educación.

lunes, 22 de febrero de 2010

LOS PORTATROPAS DEL MINISTERIO DEL INTERIOR



Una noticia ha remecido, nuevamente, el ámbito de la contratación pública. La adquisición de los portatropas, según una denuncia periodística, está plagada de irregularidades debido a que esos bienes estarían, primero, sobrevalorados, y segundo, no cumplirían con ser vehículos fabricados en el año 2009 pues estarían conformados por un lote que el propio Perú rechazó en el 2007. Sin perjuicio de la gravedad de los hechos, si se confirmase la información, quiero compartir con ustedes lo que el Viceministro de Gestión Institucional Samuel Torres señaló el domingo en el programa CUARTO PODER.

En dicho programa el Viceministro Samuel Torres declaró que las bases solicitaron que los vehículos fueran fabricados en el año 2009 y que la empresa se había comprometido a entregar vehículos de fabricación de dicho año y que todo ello estaba documentalmente acreditado en el expediente.

Sobre el particular, hay que preguntarse si las declaraciones juradas que las bases exigen, sobre la base del Principio de Presunción de Veracidad, están cumpliendo su función de levantar las trabas para la contratación pública. Si las declaraciones juradas están permitiendo que se mienta en los procesos de selección, entonces no vale la pena mantener esta facilidad pues el costo es demasiado alto para el Estado Peruano.

No existe un estudio económico serio para instaurar el Principio de Veracidad en los procesos de contratación. Es posible que pueda ser aplicado a otros procedimientos administrativos, pero estoy convencido que no es eficiente en la contratación pública. Si la cultura peruana fuese de decir siempre la verdad entonces es evidente que presumir la veracidad de las declaraciones está plenamente justificada, pues, como puede advertirse, encontrar un documento falso o una declaración jurada falsa sería la excepción a la regla; pero, si la cultura peruana es decir constantemente mentiras, solo a un desadaptado puede ocurrírsele instaurar un principio como este, pues es evidente que se le abre una puerta a los proveedores maliciosos que permiten institucionalizar la mentira como elemento trascendente para obtener las buenas pro en los procesos de selección.

Personalmente no estoy de acuerdo con aplicar la Presunción de Veracidad en la contratación pública pues la realidad de nuestro país es la del criollo, la del vivo que siempre quiere sacar provecho de cuanto puede; y si eso implica mentir para ganar un contrato con el Estado, estoy seguro lo hará.

A fin de analizar si mantenemos este principio que inicialmente fue pensado para aligerar los trámites burocráticos, debemos saber y conocer si las estadísticas le son favorables y que la presentación de documentación falsa, como supuesto de imposición de sanción, tiene una incidencia porcentual baja respecto del universo de este tipo de procedimientos administrativos; lo cual estimo que no será así.

Saludos cordiales y positivos.

Carlos Luis Ireijo Mitsuta.

jueves, 18 de febrero de 2010

MI EXPERIENCIA COMO CAPACITADOR

Cuando me invitan a una charla o me contratan para dictar una capacitación en alguna entidad me pregunto, casi por instinto, cómo será el público que me escuchará, qué tipo de preguntas me harán, si conocen o no el sistema que utilizan diariamente para trabajar y, finalmente, si tendrán las ganas de escuchar lo que pretendo comunicar y si yo tendré la habilidad de mantenerlos despiertos y atentos.

Siempre tengo un poco de nervios al momento de la presentación, y creo que es algo natural, pese a que tengo más de cuatro años haciendo lo mismo, sea por el CONSUCODE (ahora OSCE) o de forma particular.

Hay, creo, dos estilos de capacitar, y responden, estimo, a la personalidad de cada uno. Para algunos, lo principal es mantener una línea académica, enseñar los procedimientos legales, basarse en las diapositivas del material, mantener el orden y la cordura durante todo el tiempo que brinda la charla; es decir, iniciar y terminar la capacitación siempre como un profesor ante sus alumnos. Para otros, donde me incluyo, lo principal es romper el hielo rápidamente, ser ameno en las charlas, contar experiencias de forma clara, dejar de lado los conceptos legales, salvo que sean indispensables, interactuar constantemente con los estudiantes, analizar la ley, encontrar soluciones, cuando ésta pueden brindarse; es decir, antes de ser un profesor pretendo ser un amigo que te ayude a comprender lo que estás haciendo porque yo ya lo he vivido.

Muchos han criticado mi estilo de capacitar, incluso no les agrada porque suelo colocar ejemplos con el propio público, casi siempre interrogo a los jefes qué es lo que conocen del sistema, al comité especial qué sabe de la normativa de contratación pública, al logístico que analizó para encontrar una solución, al auditor cómo interpretaría un supuesto determinado, a un usuario como pretende que un logístico sepa de antenas satelitales de comunicación cuando es un administrador o abogado, y así voy recorriendo la sala tratando de encontrar las causas de los problemas.

La intención de esta interacción y sus preguntas son simple: Que se comprenda que la compra pública es un sistema integrado donde existe una entidad que debe buscar la eficiencia donde ésta se encuentre y no compartimentos aislados denominados “logística”, “usuario”, “auditor” o “Jefes”; que se entienda que las metas no se dan sólo con disponerlas, sino que debes conocer los procedimientos; que el usuario también forme parte del sistema y se involucre; que se asimile que todos representan a la entidad y cuando ésta contrata mal, contrata mal la entidad y pierde todo el Perú, no sólo uno de los componentes de la entidad.

Tal vez no sea el mejor método de enseñanza, eso lo dejo a criterio de quienes me escuchan, pero lo que sí estoy seguro es que trato de brindar una visión distinta de la normativa de contratación, más práctica y haciendo hincapié en los aspectos operativos que no contempla la ley, buscando el mecanismo que permitan una contratación más eficiente.

Carlos Luis Ireijo Mitsuta