Datos personales

Abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Especialista en contratación pública. Asistente de Vocal en el Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones y abogado de la Gerencia Técnico Normativo (GTN) del CONSUCODE (ahora denominado OSCE). Abogado de la Oficina Jurídica y Jefe del Área de Procesos Públicos del Ministerio de Educación.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Una reunión distinta

En estos días tuvimos una reunión en una entidad que tiene a cargo un proyecto de inversión. El inconveniente que se presentó en la ejecución del contrato es que el agente cooperante cierra actividades en octubre de este año (2024), pero según las condiciones contractuales la empresa tiene que prestar todavía un segundo mantenimiento en abril del 2025, cuando ya no se cuente con el financiamiento para afrontar esta prestación accesoria.

Estimamos que existió un error en cuanto a la vigencia y plazo de ejecución de todas las prestaciones involucradas, sobre todo las accesorias, no obstante, no escribimos estas líneas para mostrar el fallo señalado, sino para comentar la buena disposición de los funcionarios en esta reunión, que básicamente tenía por objetivo un control de daños en beneficio de ambas partes.

Los funcionarios iniciaron explicando los hechos (que ya habían sido adelantados telefónicamente); esto es, que el proyecto cerraría en octubre del 2024 y por ello el segundo mantenimiento programado para abril del 2025 tendría un problema de financiamiento. Explicaron también que su intención no era la de perjudicar a la empresa, sino ver alguna fórmula para compensar este impase. En ese momento, los propios funcionarios comenzaron a soltar una lluvia de ideas que pudiera solucionar el problema, cambiar el servicio por otro, adelantar los mantenimientos, entre otros, todas éstas para no perjudicar a los proveedores. En este punto, es importante mencionar que en la reunión se informó que no éramos los únicos con este problema de desfinanciamiento, sino que existían al menos otras seis empresas.

Personalmente, antes de la reunión, y habiendo analizado los hechos y las disposiciones del contrato, que no estaba sujeto a la normativa general, sino a las reglas del cooperante, la sensación fue que la entidad sería tajante en el hecho de no contar con presupuesto y que dicha razón derivaría en la resolución parcial del contrato. Por el monto involucrado una controversia en arbitraje no sería eficiente, por los costos. Es por ello que nos sorprendió que fueran los propios funcionarios quienes trataran de buscar una solución para no perjudicar al proveedor, brindando alternativas, algunas aceptables otras inviables. Lo cierto y gratificante fue que en todos los años que tenemos en el ámbito de la contratación pública, se desarrolló una conversación entre dos partes que buscaban ayudarse y no imponer posiciones.

Como es predecible, una alternativa de solución viable planteada por la entidad se encontró con el inevitable temor al control, indicando, que esa solución, si bien era técnicamente viable, sería cuestionada por el auditor quien no entendería las razones y, muy posiblemente, argumentaría que la entidad quiso favorecer al proveedor para ejecutar una prestación antes para evitar el desfinanciamiento. Ahora bien, incluso en este punto de la reunión los funcionarios fueron cordiales y trataron de encontrarle algún fundamento técnico a la solución viable planteada, es decir, aun cuando encontraron el muro no se desanimaron y no perdieron la empatía con el proveedor, quien finalmente no tiene la culpa de que el proyecto cierre y la entidad se quede desfinanciada.

La reunión terminó con una fórmula de solución que no sabemos si será aceptada, pero lo rescatable de esto es que los funcionarios comprendieron que no es culpa del proveedor esta situación y que representar el interés público no impide que se busquen soluciones en beneficio de la entidad y del proveedor. Lo perjudicial es confirmar, una vez más, que las soluciones de gestión que puedan brindarse son en muchos casos bloqueada s por el temor al control.

No estamos seguros si el inconveniente comentado tendrá un final feliz o no, pero de lo que sí estamos seguros es que, al parecer, las cosas sí pueden cambiar cuando se tiene la voluntad de cooperar y ser empático; sin imposiciones bajo el fundamento del interés público.


CIM